7 de septiembre de 2007

AGUA... recurso vital!!!

Se define la contaminación del agua como incorporación al fluido de materias extrañas, como microorganismos, productos químicos, residuos industriales, y de otros tipos o aguas residuales. Estas materias deterioran la calidad del agua y la hacen inútil para los usos requeridos.

El agua dulce está surgiendo como uno de los problemas más críticos de los recursos naturales que enfrenta la humanidad. Desde el siglo anterior se acentuaron cada vez más las situaciones de emergencia debido a la contaminación y escasez del agua potable en la ciudad de Bogotá. En la pequeña ciudad que a final del siglo pasado apenas había alcanzado los 100.000 habitantes, las crisis del abastecimiento del agua se originaron en las crecientes de ríos y quebradas y en los prolongados períodos de sequías, debido a la deforestación y erosión en los cerros aledaños, las tempestades y las lluvias causaron daños considerables en los tanques de abastecimiento, en el sistema de canalización abierto y en los bordes de las fuentes de agua.

La mala calidad del agua y la contaminación de las fuentes por basuras y materia fecal ocasionaron muchas enfermedades y epidemias.

A pesar del ensanchamiento continuo de la capacidad de abastecimiento del agua desde 1938, hasta el presente se han generado diversos problemas y situaciones de emergencia relacionados con la escasez, irregularidad y falta de abastecimiento del líquido. Taponamientos por derrumbes, falta de lluvias, carencia de mantenimiento y ruptura de las tuberías, son las principales causas del problema. A pesar de todo, en condiciones normales de funcionamiento el agua disponible tiene una excelente calidad y alcanza a abastecer a la mayor parte de la población urbana.

La situación actual y futura del abastecimiento del agua en Bogotá se caracteriza por los siguientes problemas principales:

· Vulnerabilidad del sistema, lo cual conduce a prolongadas situaciones de emergencia. El rápido aumento de la población demandará una mayor cantidad de agua, cuyo abastecimiento dependerá del proyecto de Chingaza y de la construcción de la segunda etapa, cuyo volumen cubrirá las necesidades por unos pocos años más.

· Derroche, desperdicio, uso ilegal (aproximadamente el 40 % del agua consumida no se paga).

· Falta de decisiones políticas y de fuentes de financiación para nuevas alternativas para búsqueda y exploración de nuevas fuentes de agua.

· Aumento progresivo de la destrucción del ecosistema del cual dependerá en el próximo Siglo el abastecimiento del agua: el páramo de Sumapaz, que pone en peligro la posibilidad de alcanzar el deseado " desarrollo sostenible" para la ciudad.

· Carencia de un mantenimiento regular adecuado del sistema.

· El abastecimiento presente y futuro del agua de la ciudad no se limita solamente al territorio que encierra el perímetro urbano, sino se extiende a otros asentamientos de la Sabana de Bogotá, los cuales, unidos a Bogotá, conformarán a principio del próximo siglo una mega-ciudad que sobrepasará los diez millones de habitantes.

Rio Bogotá

El Río Bogotá es el eje fundamental y principal elemento del sistema hídrico de la capital; así mismo actúa como límite occidental de la ciudad y como elemento articulador entre el área urbana y el área rural de la sabana. Si bien, no atraviesa el casco urbano de la ciudad, si es responsabilidad de los ciudadanos de nuestra ciudad, dado que es el principal sistema de drenaje de la sabana de Bogotá y es adicionalmente el receptor de todas las aguas que circulan por la Capital.

Los principales ríos, se encuentran en un estado muy avanzado de contaminación, debido a la continua recepción de aguas residuales industriales y domésticas de sus respectivas cuencas de drenaje; vertimientos que les aportan incrementos en las concentraciones de carga orgánica, bacteriológica, de metales pesados y de cloruros, entre otras. Los muestreos que han sido realizados presentan para los Ríos Juan Amarillo, Fucha y Tunjuelo valores muy elevados de carga orgánica y prácticamente carencia de oxígeno disuelto en sus aguas a la altura de sus respectivas desembocaduras al Río Bogotá. Todos estas cargas contaminantes, sumadas a todas las demás que recibe el Río Bogotá, como por ejemplo los vertimientos de las curtiembres en Villapinzón y todos los demás vertimientos aportados al Río, aguas abajo de la ciudad hasta su desembocadura en el Río Magdalena, hacen del Río Bogotá, uno de los Ríos más contaminados del mundo.

6 de septiembre de 2007

Un Gris Panorama...

Contaminación Visual

En los recientes estudios se encuentra una Bogotá altamente afectada por la contaminación visual, deteriorando el paisaje urbano y sensiblemente reducida la calidad de vida de los ciudadanos llevando a muchos de ellos a vivir estados de estrés y ansiedad, debido a la saturación e instalación de vallas de manera indiscriminada, utilizando en muchos casos el espacio público y en otros, afectando zonas residenciales.

Un diagnóstico realizado por el DAMA, evidenció que la contaminación visual en Bogotá sobrepasa los 6.146 metros cuadrados, esto equivale a 770 vallas de 8 mts2. Las localidades más afectadas por la contaminación visual son las de Usaquén (1.357 mts2), Suba (1.321 mts2), Puente Aranda (1.068 mts2), Chapinero (816 mts2) y Fontibón (737 mts2). Lo anterior, debido al abuso en el número de vallas en un mismo punto de la ciudad, originando con ello contaminación visual, desorden y contraste negativo con las diferentes formas de la arquitectura. Con frecuencia, para la instalación y mantenimiento de la publicidad visual exterior en espacios públicos, se procede a la poda y en algunos casos la tala de vegetación, cambiando un elemento vivo, que contribuye a la oxigenación y descontaminación aérea de la ciudad, por un elemento artificial que no cumple ninguna función dentro del ecosistema urbano.

Las fachadas de las edificaciones se cubren, obstruyendo las ventanas o los elementos traslúcidos que permiten el acceso de luz y aire a los espacios interiores de las construcciones. Este fenómeno genera unas condiciones insalubres dentro las edificaciones, pues la falta de buena ventilación y de iluminación natural fomenta la humedad y la proliferación de hongos y otros microorganismos perjudiciales para la salud, constituyéndose en focos de infecciones y enfermedades, especialmente del sistema respiratorio.

Contaminación Auditiva

Entre los múltiples problemas que azotan a Bogotá y frente a los cuales no se encuentran acciones por parte de la administración para corregirse, está la contaminación por ruido. Prueba de ello es que al realizarse seguimiento a 2.035 establecimientos de entretenimiento y diversión, 122 (60%) no cumplen con la norma establecida.

En los establecimientos de tipo industrial, las principales fuentes que contaminan el exterior corresponden a los sistemas de ventilación, extractores, plantas eléctricas, compresores, grupos energéticos, sistemas de transporte de fluidos, que no cuentan con adecuado cerramiento o confinamiento de sus procesos y permiten que las emisiones acústicas se dispersen hacia las zonas cercanas. Las industrias que se perfilaron como las más generadoras de ruido fueron el sector petrolero, el sector textil y el sector metalmecánico.. Las más altas intensidades de ruido se registran en las intersecciones viales de tráfico automotor, circunstancia que señala al parque automotor como la principal fuente de contaminación por ruido. Las más recientes mediciones muestran que en las zonas residenciales y comerciales los niveles sonoros son superiores a la norma.

El DAMA y las 19 Alcaldías Locales urbanas de la ciudad carecen de los equipos y del personal idóneo para hacer un control efectivo a la contaminación auditiva generada por los establecimientos comerciales de entretenimiento y diversión abiertos al público. Un estudio de la Personería de Bogotá determinó que en el Departamento Técnico hay cinco sonómetros operados por un funcionario de planta y dos contratistas, quienes también deben apoyar a las alcaldías locales y hacer las mediciones de contaminación auditiva de industrias, lo cual es insuficiente para adelantar una gestión idónea en una ciudad de más de siete millones de habitantes. La veeduría realizada por la Personería de Bogotá, estableció también, que en las localidades de Kennedy, Suba, Engativá, Barrios Unidos y Puente Aranda se reporta el mayor número de quejas, concentrando el 51% del total de éstas, donde los establecimientos comerciales como bares, tabernas y discotecas violan los límites de decibeles permitidos por las normas

Pero quizás la mayor problemática de contaminación por ruido la viven desde hace varios años los habitantes de las localidades de Fontibón y Engativá, quienes están obligados a soportar el ruido generado por las actividades y operaciones aeronáuticas, que se desarrollan en el Aeropuerto El Dorado.

El alto flujo de operaciones aéreas que presenta dicho aeropuerto, genera impactos especialmente en las comunidades que viven a su alrededor, con la exposición en forma permanente a niveles de ruido que superan los 100 decibeles dB, sobrepasando los máximos permisibles en zonas residenciales.

30 de agosto de 2007

Un respiro para Bogotá...


El aire en nuestra ciudad, ha tenido un creciente deterioro en los últimos 30 años por causa de la proliferación de vehículos automotores e industrias contaminantes, por la quema de desechos sólidos y por las industrias extractivas y transformadoras mineras.

PROBLEMAS

Según datos del DAMA en sus Informes de Gestión Ambiental, complementados con los suministrados en el estudio efectuado por la Asociación Japonesa de Cooperación Internacional – JICA -, en Bogotá, la contaminación atmosférica es causada por más de 2.300 industrias contaminantes y por alrededor de un millón de vehículos automotores que circulan por sus calles, produciendo anualmente cerca de 40.000 toneladas de sustancias extrañas al ambiente y nocivas a la salud de sus habitantes. Tales sustancias están constituidas en un 75% por partículas sólidas, menor de 10 micras; 24% por óxidos de carbono (principalmente CO) y azufre; y 1%, por óxidos de nitrógeno. También se establece que el 96.5% de esta carga contaminante es depositada en la atmósfera de la ciudad por los vehículos automotores de transporte urbano y el 3.5% por el sector industrial.

Las fuentes móviles son el primer factor generador de contaminación del aire de Bogotá, las cuales entregan el 100% de las emisiones de Monóxido de Carbono (CO) e Hidrocarburos (HC), el 82% de los Óxidos de Nitrógeno (NOx) y el 17% del Dióxido de Azufre (SO2). Según cálculos de la Secretaría de Tránsito y Transporte, en las vías de Bogotá se incrementó el número de vehículos de circulación, de aproximadamente 700.000, en 1997, aun millón actualmente. Se espera que para el año 2010 circulen en Bogotá cerca de 1.600.000 vehículos, de los cuales estarán matriculados en la ciudad cerca de 932.000, y, por ende, aportarán mayores niveles de contaminación.

Además de lo anteriormente mencionado, se presentan factores puntuales que incrementan la contaminación:

  • Deficiencia en el cubrimiento de la demanda por el sistema de transporte público: El 19% de los pasajeros se transporta en el 80% en vehículos particulares, mientras que un 77% de los pasajeros utilizan el 17% corresponde al servicio público.
  • El incremento del flujo vehicular no ha podido ser acompañado por la ampliación adecuada de la red vial Distrital cuyo atraso bordea los 25 años: Deficiencia en la ampliación y mantenimiento de la red vial.
  • Disminución de la velocidad de circulación: La suma del incremento del parque automotor y el estado de la oferta vial ha ocasionado una disminución significativa de la velocidad vehicular
  • Parque automotor obsoleto: La antigüedad del parque automotor que circula por la ciudad contribuye al aumento de las emisiones, pues el bus corriente tiene una edad promedio de 14 años y la buseta corriente de 25 años.
  • Certificación de Emisión de Gases: Los muestreos realizados establecen que sólo el 33% de los vehículos que circulan por la ciudad cumplen con la normativa de acuerdo con el modelo respectivo.
  • Desconocimiento de los ciudadanos respecto a la incidencia de los automotores sobre los problemas de contaminación del aire.

GASOLINA

Los vehículos de transporte público utilizan mayormente diesel y aunque el diesel ofrecido en Bogotá tiene un contenido de azufre de 1200 ppm (en el resto del territorio nacional es de 4500 ppm) es un contenido demasiado alto comparado con otras con los estándares internacionales de 50 partes por millón de azufre.

Es importante anotar que, el parque automotor del país tiene una tendencia creciente hacia el cambio a Diesel, debido a la diferencia de precios entre el diesel, la gasolina y combustibles limpios como el gas natural vehicular. (El diesel está gravado con una sobretasa del 6%, mientras la gasolina lo está con una que puede llegar hasta el 25%.). El mejoramiento de la calidad de los combustibles, y específicamente el diesel, para alcanzar los niveles internacionales aceptables, viene aplazándose desde el año 1995.

28 de agosto de 2007

BASURAS.... Hasta el 2015???


Bogotá según datos del DANE, obtenido en el censo general que finalizó en mayo de 2006, cuenta con 6.778.691 habitantes y su producción de basuras por día es de 0.73 kg (Academia Colombiana de Ciencias Exactas Físicas y Naturales), cifra que aunque esta en promedio con el país y es menor a otras ciudades, requiere ser vista como un problema importante, para ser tratado en el menor tiempo posible en un plan de desarrollo ambiental. En el tema de BASURAS, se determinan varios subtemas, que son necesarios nombrarlos para entender la dimensión de este fenómeno.

Residuos sólidos

La generación per cápita de residuos ordinarios (0,73 kg/hab/día sin reciclaje) es un poco más bajo que en ciudades comparables tales como Buenos Aires (0,88), Santiago de Chile (0,87) o Bangkok (0,90), dada la alta tasa de reciclaje. Se puede decir, que Bogotá tiene una producción de residuos ordinarios típica para capitales de América Latina.

La composición de los residuos ordinarios en la disposición final es:

50% materiales orgánicos,

25% plástico,

12% de papel y cartón y

13% otros que está compuesto por los demás componentes de los residuos (textiles, metales, vidrio, residuos peligrosos, entre otros).

El alto porcentaje de plásticos es resultado la baja recuperación de los empaques y envases.

Rellenos Sanitarios

Las basuras producidas en Bogotá tienen como destino final el relleno sanitario Doña Juana, ubicado en la Localidad de Usme, por la vía a Villavicencio, donde los residuos son depositados en un frente de descargue, en el que se encuentra un grupo de máquinas que esparcen, rompen las bolsas, acomodan y compactan las basuras.

Cuando los residuos alcanzan una altura de 2.50 metros aproximadamente, son cubiertos con una capa de tierra de 40 centímetros de espesor, proceso que debe cumplirse antes de completar las 18 horas de exposición. Este relleno esta dividido por zonas que van siendo utilizadas hasta terminar con su vida útil.

El objetivo general de un relleno sanitario es aislar los desechos, y controlar los lixiviados y biogás que se generan y que tienden a fluir fuera del relleno, evitando impactos ambientales adversos. Las características de calidad y químicas de estos materiales no pueden ser totalmente controladas, como tampoco puede ser controlada en una forma deseada y viable económicamente su biodegradación.

No se puede olvidar que los rellenos sanitarios son los centros de acopio de todos los desechos que se generan a diario en ciudades y comunidades. En la medida, que los espacios y las tierras disponibles se reducen, las legislaciones ambientales son más estrictas; el estudio, diseño y construcción de rellenos sanitarios se convierte en un elemento vital en el manejo de residuos sólidos.

Bogotá en este momento además de utilizar el relleno sanitario Doña Juana, cuenta el soporte del botadero Mondoñedo, ubicado en Funza, Cundinamarca.

La preocupación actual es que el principal relleno, Doña Juana, tiene como vida útil hasta el año 2015, y Mondoñedo, por no contar con una correcta planeación para el manejo de basuras, sería clausurado por el Ministerio del Medio Ambiente.

Recicladores

En Bogotá desde la década de los años 50 existe un sistema de reciclaje que opera en paralelo al sistema de manejo de basuras. En este sistema participan más de 6.000 Recicladores del sector popular caracterizados por desarrollar actividades para la recuperación, transporte, selección y clasificación, comercialización y aprovechamiento de los materiales reciclables. Dentro del mismo, por sus distintos niveles de organización se puede hacer referencia a dos sectores:

  • El formal, constituido por las asociaciones, pre cooperativas y cooperativas de Recicladores, y
  • El informal, conformado por los Recicladores independientes.

En el año 2006, el sistema de reciclaje popular recogió y comercializó unas 592 t/día, que significan un 14% de los residuos residenciales y de pequeños productores. Cifra bastante alta, considerando las deficiencias en la recolección.